Ya estamos en la recta final del verano, casi a punto de entrar en la vuelta al cole y tocará elegir mochila escolar. Y como todos los años las típicas preguntas: ¿mochila o maleta? ¿Con ruedas o sin ruedas? ¿Cuánto debería pesar para que no le duela la espalda?
La elección a veces no depende de las familias ya que son los colegios los que imponen las normas. En este artículo nos vamos a centrar en la mochila sin ruedas para llevar en la espalda, sin que por ello demos por sentado que esta es la mejor opción para llevar el material escolar.
El dolor de espalda aumenta con la edad y en parte estos dolores se pueden atribuir al aumento de peso en las mochilas escolares que hacen que la postura de la columna no sea adecuada. Además de intentar que el peso del material sea el menor posible, revisando cada día que lleven solo lo imprescindible, a la hora de elegir la mejor mochila debemos tener en cuenta algunas características.
Elegir la mochila más adecuada requiere considerar, no solo el peso de la propia mochila sino también la forma y el diseño de la misma.
Una mochila escolar debería estar confeccionada con materiales ligeros y disponer de compartimentos en su interior que permitan distribuir el peso uniformemente.
El tamaño total no debería superar las dimensiones de la espalda del peque, y el ancho no debería ser superior al ancho de los hombros.
La superficie posterior que estará en contacto con la espalda y los tirantes para los hombros deberían estar acolchados para mayor comodidad y los tirantes ser anchos y ajustables. También sería deseable que contara con correas para ajustar la mochila a la cintura.
Pero de nada sirve elegir la mochila más ergonómica si luego se la cuelgan de un solo hombro o la llevan del asa con una sola mano. O, como se ven tan a menudo, la llevan sobre los hombros pero colgando sobre las nalgas, obligando a desplazar la espalda hacia adelante y a levantar la cabeza para compensar la mala postura.
Imagen de WOKANDAPIX en Pixabay
Para utilizar correctamente la mochila hay que revisar el contenido, para no cargar con objetos innecesarios. Colocar las cosas más pesadas en la zona inferior y más cercana a la espalda, distribuyendo el peso de la forma más uniforme posible. A la hora de levantarla, hacerlo flexionando un poco ambas rodillas.
La mochila debe colgarse de los dos hombros en una posición más bien alta, ajustando las correas de modo que quede pegada a la espalda en toda su longitud. Una correa horizontal a modo de cinturón ayudará a que no se desplace lateralmente una vez ajustada a la cintura. La posición al andar con la mochila puesta debería ser una posición erguida normal. Si vemos que, una vez colocada la mochila, el niño o la niña tiende a echar la espalda hacia adelante, habrá que revisar que la posición de las correas, la distribución del peso o el propio peso de la mochila con su contenido son adecuados.
El peso de la mochila cargada no debería superar el 10-15% del peso del usuario, según las recomendaciones de los expertos, pero este no es el único factor que influye en la presentación del dolor de espalda en los escolares que utilizan mochila.
Cada vez se le está dando más importancia al ejercicio físico ya que se ha visto que el dolor de espalda es más frecuente en los escolares más sedentarios, que no hacen ejercicio más allá de lo que hagan en educación física, en los que pasan más horas ante las pantallas o utilizan mucho el móvil, acentuando la mala postura del cuello.
Para evitar que nuestro peque tenga dolor de espalda asociado al uso de la mochila escolar, además de vigilar su contenido, elegir una buena mochila y enseñarle a usarla adecuadamente, habrá que fomentar la práctica de ejercicio físico y combatir el sedentarismo, limitando las horas de pantalla y el uso del móvil.
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