Muchas madres insisten en querer saber cuanta leche exactamente están tomando sus bebés cuando los ponen al pecho. Si tuviéramos que saber cuanto están tomando, los pechos serían transparentes para poder verla
No hace falta saber cuanta leche toman. La lactancia materna no es solo cuestión de cantidad.
La composición de la leche va variando a lo largo de la toma y es diferente a lo largo del día. También cambia durante todo el tiempo que dure la lactancia: no es la misma composición el primer día de vida, que al 5º día o al 6º mes.
Al principio de la toma la leche contiene mas agua, para calmar la sed del bebé, se va concentrando a medida que mama y al final contiene mas grasa, con lo que finalmente se sacia. Sería como un menú: primero la sopa, luego el plato principal y finalmente el postre.
Cuando el niño necesita mas agua ( si hace mucho calor, por ejemplo), mamará mas a menudo, para tomar solo esta primera fracción de leche, rica en agua.
A lo largo del día también hay cambios, ya que durante la noche la composición de la leche tiende a favorecer el sueño (aunque algunas mamás no lo noten)
Los cambios con la edad del bebé son aún mas importantes. Los primeros días, el calostro aporta muy poco volumen pero gran cantidad de proteínas funcionales que son fundamentales para la inmunidad, la regulación de la flora intestinal, etc. y durante los primeros 15-20 días va cambiando lentamente hasta llegar a la composición definitiva de la leche madura.
Si se produce un nuevo embarazo y la mamá amamanta a los 2 niños (lactancia en tandem) la leche adaptará su composición para ajustarse a las necesidades del recién nacido.
La cantidad de leche se regula siguiendo la ley de la oferta y la demanda. Cuando el bebé necesita mas leche, mamará mas a menudo y el pecho producirá mas leche. Solo hay que amamantar a demanda para asegurarnos que se produce la cantidad adecuada. Deberíamos olvidarnos del reloj y disfrutar el momento.
La percepción de la cantidad que toma el niño también varía con el tiempo, en función de lo que dura la toma. Un bebé recién nacido necesita unos 20-30 minutos para vaciar un pecho, porque succiona a ratitos, se duerme, y no está todo el tiempo mamando, aunque siga enganchado al pecho. Sobre los 2 meses, en unos 10 minutos será capaz de vaciar el pecho y a los 3-4 meses en 2 minutos habrán comido, y luego se dedicará a distraerse con cualquier cosa que le llame la atención en su entorno.
En resumen, la lactancia a demanda es la mejor manera de asegurarnos la cantidad adecuada. No hace falta saber nada mas, los resultados los iremos viendo día a día: un bebé feliz, que duerme tranquilo y que crece adecuadamente son la señal inequívoca de que todo va bien.
Con esta entrada participo en el carnaval bloguero #dialactancia. Si quieres ver mas entradas relacionadas sigue este link