La contribución del padre al éxito de la lactancia materna es fundamental. Su apoyo emocional y ayuda material es inigualable y debe potenciarse desde todos los ámbitos.No hay nada como el hombro de un papá para sacarle los gases al bebé, ni unas manos mas fuertes para sujetarlo en el baño o cambiarle los pañales.
Pero también sería ideal que el futuro papá se preparara tanto como la mamá durante el embarazo cuando hayan elegido la lactancia materna. Así cuando surjan las típicas dudas ¿tendré suficiente leche? ¿mi leche será «buena» para mi bebé? podrá contestar con las mismas respuestas que la mamá ya conoce pero parece olvidar en esos momentos de gran tensión emocional.
Su ayuda en las tareas de la casa y el cuidado del recién nacido (y de los otros niño si los hay) es inestimable, pero hay un papel que nadie como él puede asumir y es el de defensor a capa y espada de la decisión de amamantar al bebé. Así cuando aparezcan las típicas «terroristas» que vienen a dinamitar la determinación de la madre con frases como «ese niño se queda con hambre, dale un biberón» y otras similares, su misión será invitarlas amablemente a ir a comprar pastelitos, por ejemplo, u otra tarea más útil.