La mochila portabebé es una excelente forma de llevar al bebé durante los primeros meses de vida. El pequeño se siente seguro y tranquilo, y si lo lleva la madre, facilita la lactancia a demanda y permite al cuidador que lo lleva, realizar otras tareas mientras atiende amorosamente a su bebé.
Se puede usar desde el primer día de vida, cuidado que se adapte al tamaño del pequeño, de modo que le sujete bien la cabeza y evitando que puede caerse. La postura que adopta el bebé, redondeando la espalda y manteniendo las piernas flexionadas y abiertas, asegura un correcto desarrollo de las caderas y evita la plagiocefalia postural (cabeza plana por pasar mucho tiempo apoyada en la cuna o el carrito). Además, al llevar la cabeza apoyada en el pecho del adulto, el bebé puede dormir tranquilamente o mirar hacia los lados, si es mas grandecito y algo llama su atención.
Aunque algunos expertos aseguran que es posible llevar al niño mirando hacia adelante a partir de los 4-6 meses, cuando ya sujeta bien la cabeza y está mas tiempo despierto, otros desaconsejan su uso en esta posición, ya que argumentan que la postura de la espalda y las caderas no es natural de esta manera y puede resultar contraproducente.
Lo cierto es que, aunque algunos modelos están diseñados para ser usados hasta los 2 años de edad, pocos padres pueden cargar a un niño que puede pesar 12-14 kg con esa edad. De hecho lo habitual es usar este tipo de dispositivos hasta que el bebé pesa unos 6-7 kg, que suele corresponder con la edad en la que el pequeño empieza a mirar con curiosidad hacia los lados, y podemos tener la tentación de ponerlo mirando hacia adelante, para que vea mejor. Quizás sea entonces el momento de usar otro tipo de sistema de transporte, mas seguro y apropiado.