Lo primero que hay que saber es la causa por la que el niño se muerde las uñas. A veces es por imitación de otros niños o adultos, o por tener las uñas mal cortadas. Pero la causa mas frecuente es el estrés o la ansiedad.
Para reducir el estrés hay que tratar de descubrir las situaciones estresantes para el niño, e intentar evitarlas, si es posible. Si no identificamos la causa, el mejor «reductor de estrés», válido para cualquier situación es un fuerte abrazo. Además, actúa como distracción, ya que no podrá morderse las uñas mientras le abrazas.
Podemos también buscar otras formas de distraerlo cuando lo descubramos mordiéndose las uñas, proponiéndole alguna actividad que le obligue a ocupar las manos. Es mas útil decirle que haga algo (mensaje positivo) que decirle que no se muerda las uñas (mensaje negativo).
Si es mas mayorcito habla con él o ella sobre el tema. Si tus argumentos son buenos, conseguirás que quiera dejarlo. Cuando esté decidido (y esto es lo mas importante, ya que si no está motivado difícilmente lo conseguirá) ayúdale a elaborar un plan. Hay líquidos especiales que amargan las uñas pero no hay estudios bien diseñados sobre la seguridad de éstos productos en niños. Podemos usar guantes u otros trucos para dificultar el proceso o recordarle que no se las muerda.
Y para terminar os dejo el enlace al cuento de «La gatita Fifí» para leerles a los niños que se muerden las uñas.