La gripe reaparece cada año y aunque desde el comienzo de la pandemia se han producido muchas irregularidades en la presentación de este virus, no se puede bajar la guardia porque sigue siendo una causa muy importante de enfermedad y mortalidad en todo el mundo.
La gripe afecta sobre todo a los menores de 5 años en los que suele producir un cuadro indistinguible de un catarro vírico, pero en algunos casos puede ocasionar una enfermedad grave y requerir hospitalización. Incluso puede ser causa de fallecimiento aún en ausencia de factores de riesgo.
Antes de la pandemia se producían cada año un millón de casos graves en menores de 5 años en todo el mundo. Durante la pandemia de COVID 19 la incidencia de gripe fue muy baja y no se produjeron los picos estacionales habituales, pero poco a poco el virus está volviendo a aparecer y se espera que este otoño recupere su carácter epidémico habitual. Una forma de prever lo que puede suceder es fijarse en cómo se ha comportado el virus en el hemisferio sur en la temporada anterior, y la epidemia de gripe de este año en Australia ha sido especialmente preocupante. El virus ha afectado en mayor medida a niños y adolescentes y ha provocado mayor número de hospitalizaciones en este grupo de edad.Además se ha adelantado unas semanas, situación que los expertos consideran de riesgo porque suele asociarse a brotes más graves.
La vacuna es una de las medidas más efectivas para prevenir la gripe estacional a pesar de que tiene una efectividad en torno al 60% dependiendo de la población vacunada, del tipo de virus predominante y de que la composición de la vacuna se adecue más o menos a los virus circulantes.
La vacuna de la gripe está especialmente indicada en menores y adultos que se consideran de riesgo por presentar enfermedades de base o precisar tratamientos que predispongan a una infección grave. Y también en los convivientes, para evitar la transmisión del virus.
Más de 70 países llevan años vacunando a niños y niñas sin factores de riesgo entre los 6 meses y los 5 años de edad por ser el sector de la población más afectado. Entre ellos Reino Unido, Finlandia, EEUU o Australia . En EEUU, que llevan vacunando a toda la población infantil desde el 2008, las cifras de hospitalización en población vacunada se ve reducida en 3-4 veces y los fallecimientos en un 60%.
La OMS viene aconsejando vacunar a toda la población infantil menor de 5 años desde 2012 y así lo hace también la Asociación Española de Pediatría a través de las recomendaciones que da cada año por estas fechas el Comité Asesor de Vacunas.
En España algunas comunidades autónomas han adoptado la medida para esta temporada y a fecha de publicación de este artículo Andalucía, Galicia y Murcia han comunicado que van a ofrecer a los pequeños esta vacuna dentro del programa de vacunación anual contra la gripe.
Existen varias vacunas disponibles y todas contienen los 4 tipos de virus que recomienda la OMS, en base a las previsiones basadas en los virus que han circulado en el hemisferio sur en los meses previos.
La novedad es que este año estará disponible también la vacuna intranasal. Esta presentación, utilizada en los programas de vacunas del Reino Unido desde 2013 para los menores, ha demostrado mayor efectividad en este grupo de edad con escasos efectos secundarios. Se trata de una vacuna de virus vivos atenuados, por lo que está contraindicada en embarazadas e inmunodeprimidos, como otras vacunas de virus vivos. En Europa la vacuna intranasal contra la gripe está aprobada para menores entre 2 y 17 años, aunque en EEUU también está autorizada para adultos.
Al tratarse de una vacuna de virus vivos atenuados, produce una reacción inmune más parecida a la infección natural y por eso resulta más efectiva, alcanzando cifras de efectividad de hasta el 80%, superiores a los resultados obtenidos con vacunas inyectadas. Uno de los motivos que las hacen mejores es que inducen la producción de anticuerpos pero también generan inmunidad celular a nivel local, produciendo respuesta inmune en la propia mucosa, que es por donde entra el virus y donde comienza la infección.
La vía de administración supone también una ventaja, ya que es mucho mejor aceptada, sobre todo en los menores de 8 años que no se han vacunado antes, ya que precisan 2 dosis. Los efectos secundarios son también más leves, siendo la congestión nasal y la fiebre baja los efectos secundarios más habituales. Tampoco se han registrado casos de transmisión del virus atenuado a los contactos. Aunque la vacuna de la gripe intranasal está producida en huevo embrionado, no está contraindicada en alérgicos al huevo, ni siquiera en aquellos menores que han tenido una reacción anafiláctica con el huevo, en cuyo caso se recomienda vacunar en el centro de vacunación habitual y permanecer en el mismo unos 30 minutos después de la administración de la vacuna. La vacuna intranasal está contraindicada en menores de 2 años y en mayores de 17, en embarazadas, en inmunodeprimidos y en pacientes que hayan tenido una reacción grave con dosis previas de la vacuna. Debe administrarse con precaución en pacientes con asma moderada o grave.
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