Lactancia materna después de un cáncer de mama

Cada vez se diagnostican más casos de cáncer de mama en mujeres jóvenes, mujeres que todavía no han sido madres y que deciden quedarse embarazadas después de haber acabado el tratamiento y que quieren amamantar a sus bebés.¿Será posible?Amamantar después de un cancer de mama es una decisión complicada, rodeada de falsas creencias, como que no van a ser capaces de producir suficiente leche, que la leche no tendrá la misma calidad o que la enfermedad puede empeorar o reaparecer.

La lactancia materna es la mejor forma de alimentar al bebé y supone también múltiples beneficios para la madre. Y esto es también así para madres que han pasado por un cáncer de mama puesto que en muchas ocasiones la lactancia es perfectamente posible después de un cáncer.

La lactancia materna también es segura para la madre y el bebé mientras la madre no precise quimioterapia o tratamientos como el tamoxifeno, inhibidores de la aromatasa y otros tratamientos, ya que en estos casos sería necesario un tiempo de limpieza de la medicación para poder amamantar, tiempo que dependerá del medicamento utilizado. En estos casos será necesario extraer la leche con cierta regularidad para mantener la producción mientras dure el tratamiento y desecharla hasta que se considere segura para volver a alimentar al bebé.

Después de una cirugía, la viabilidad de la lactancia va a depender del tipo de cirugía.

En la lumpectomía se extrae el tumor con un margen de tejido sano alrededor pero el resto de la glándula puede seguir funcionando y producir suficiente leche para alimentar el bebé. Hay que tener en cuenta que la mamá está formada por múltiples glándulas independientes cada una con su propio conducto de salida que van a confluir en el pezón. Una lesión en alguno de estos conductos puede ocasionar que la glándula se quede aislada y la leche se quede retenida. En estos casos pueden aparecer bultos y dolor pero poco a poco esa zona de la glándula dejará de funcionar y esa leche retenida se reabsorberá sin complicaciones. Estás retenciones también suceden en mamas normales no intervenidas y pueden dificultar la lactancia durante los primeros días pero se pueden solventar con el apoyo adecuado. En estos casos es fundamental prepararse durante el embarazo, asistiendo a clases de preparación al parto donde se explica todo sobre la lactancia, las dificultades que se pueden presentar los primeros días y cómo solucionarlas. Eso te dará la confianza de saber que los problemas que estás teniendo también los tienen otras mamás que no han pasado por un cáncer y que son problemas que normalmente se pueden solucionar. Después del parto es importante el apoyo de los profesionales durante los primeros días en la maternidad, los grupos de apoyo cuando ya estés en casa y el inestimable apoyo de la pareja y la familia cercana. Habla antes con ellos para que sepan tu decisión, se preparen también y estén dispuestos a apoyarte en todo momento.

También es posible amamantar después de una mastectomía unilateral ya que la otra mamá va a ser capaz de compensar la producción para que ésta sea suficiente para alimentar al bebé.

La radioterapia también puede producir daño en la glándula de modo que sea incapaz de producir leche o que tenga una producción muy escasa. La leche de una mamá irradiada puede tener también un aspecto extraño y ser más espesa y oscura de lo habitual. Esta leche puede tener un menor contenido en grasa y mayor cantidad de sodio, lo que hace que cambie el aspecto y el sabor. Es una leche completamente segura para el bebé pero algunos bebés la rechazan por ser algo más salada.

La lactancia materna es siempre lo mejor para el bebé pero también puede serlo para la madre que ha pasado por un cáncer de mama ya que amamantar a su bebé puede mejorar su autoestima y ayudarla psicológicamente. Está demostrado que aquellas mujeres que han amamantado durante seis meses o más antes del diagnóstico del cáncer tienen menos riesgo de recurrencia. No se sabe si esto sucede también después del tratamiento pero sí se sabe que no aumenta el riesgo.

Si no puedes amamantar o decides no hacerlo también esto será lo mejor para ti y para tu bebé. La lactancia debe ser placentera y satisfactoria para la madre y si amamantar te supone miedo estrés o dificultades físicas añadidas por el hecho de haber pasado un cáncer de mama recuerda que la lactancia artificial es también una excelente opción y la relación que establezcas con tu bebé y el vínculo que se genere entre los dos será también excelente si lo tienes que alimentar con biberón.

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