Supositorios en los niños

Los supositorios no dejan indiferente a nadie. 

No conozco ningún adulto que prefiera un supositorio si hay cualquier otra presentación como alternativa. Pero alguno debe haber. De hecho hay un estudio que pregunta a 610 personas sobre sus preferencias y un 4% dice preferir el supositorio antes que otra vía de administración del medicamento. 
Los médicos, conscientes de que no son muy populares, tampoco los prescriben mucho. 
¿Pero que pasa con los niños? Nadie le ha preguntado a los niños  qué opinan de los supositorios. Y los que no pueden contestar tampoco pueden decidir. Dependerán de lo que los padres elijan. 
¿Y qué prefieren los padres?
No he encontrado estudios al respecto, así que os daré mi versión particular. 
Ningún padre rechaza un supositorio si el pediatra se lo receta. Supongo que será porque no los recetamos mucho, intuyendo que no deben ser muy agradables.
Hay también padres que «adoran los supositorios». Los piden siempre y para cualquier problema. Supositorios para la fiebre, para la tos, para los vómitos. Tiene la impresión de que funcionan mejor y mas rápido, y lo pueden administrar mas fácilmente. Por eso lo piden incluso para medicamentos que no existen en forma de supositorios, como los antibióticos. 
Pero ¿Son realmente mas eficaces, más rápidos o más fáciles de administrar?
No siempre más eficaces.
Por vía rectal, el medicamento se absorbe de forma muy irregular, dependiendo del propio medicamento, del excipiente, es decir, de la sustancia que se usa para disolver el fármaco y darle forma al supositorio, etc. 
Son muy efectivos cuando buscamos un efecto local, por ejemplo  los supositorios de glicerina que se usan para ablandar las heces en casos de estreñimiento.

En el resto de los casos los medicamentos en forma de supositorios no son mas eficaces que por otras vías, sobre todo la vía oral. 
No siempre más rápidos. 
Son muy rápidos cuando el fármaco esta disuelto en agua o alcohol, por ejemplo el diacepan, un relajante que se usa para las convulsiones febriles. 
Otros tipos de supositorios no han demostrado que hagan efecto más rápidamente que por vía oral. 
No siempre más fáciles de administrar.
Todos los sanitarios hemos vivido como una revelación cuando alguien mas experto que nosotros nos ha explicado, durante nuestra formación, que los supositorios se insertan por el extremo romo, y no por la punta, como sería lógico pensar. 

Asi NO
Así SI

Y después nos encanta ver la cara de sorpresa que se les queda a los pacientes o a sus padres cuando les explicas que se ponen así para que, al cerrarse el esfínter, el recto retenga el supositorio dentro en lugar de expulsarlo. 

Lo que nadie nos cuenta es que estas recomendaciones se basan en un antiguo estudio publicado en la prestigiosa revista Lancet en 1991 realizado en solo 100 personas, pero que luego ¡no se ha vuelto a estudiar nunca mas! según nos cuentan un equipo de enfermeras que, no contentas con la idea de que las cosas «se hacen así porque siempre se han hecho así» se decidieron a investigar el tema y no encontraron ningún otro estudio que validara el anterior. De hecho la mayoría de los prospectos recomiendan todo lo contrario, es decir insertarlo por el extremo afilado. 
En resumen
  • No todos los medicamentos se pueden administrar en forma de supositorios (Lo siento. Si tu hijo es muy malo para tomarse los jarabes y hay que darle un antibiótico, habrá que armarse de paciencia porque no hay otra opción. Casi  nunca le vamos a recetar un inyectable a un niño SOLO porque no se toma los jarabes)
  • Los supositorios NO son mas eficaces. 
  • Los supositorios NO son más rápidos. 
  • Solo están justificados si en ese momento no tolera la vía oral porque tiene vómitos (pero tampoco se podrán usar si tiene también diarrea, por razones obvias)
  • Los puedes poner como prefieras, aunque por el extremo romo parece que se retienen mejor. 
¿Os queréis reír un rato con historias de supositorios? pinchad aquí. 

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