La actividad física es fundamental para la salud, de eso no hay ninguna duda.
El ejercicio en los niños, además de fortalecer los músculos y los huesos, previene la obesidad, el aumento del colesterol, la diabetes y la hipertensión; mejora el estado de ánimo y el rendimiento académico, además de mejorar la calidad del sueño y aumentar la autoestima.
Y para los niños es una magnífica manera de conseguir dos grandes objetivos: fomentar un estilo de vida saludable y darles la oportunidad de jugar. El juego es la actividad más importante que debe realizar un niño y jugar practicando un deporte es fundamental para su desarrollo.
Pero ¿Qué ejercicios debe hacer un niño y cuánto tiempo debe dedicarle?
La OMS recomienda que los niños practiquen un mínimo de 60 minutos al día de alguna actividad física vigorosa, en su mayor parte aeróbica, y unas 3 veces por semana alguna actividad que refuerce los músculos y los huesos.
Pero habla de mínimos, ya que la práctica de actividad física durante tiempos superiores a los 60 minutos diarios reporta mayores beneficios para la salud.
1 hora al día de ejercicio aeróbico intenso de lunes a domingo y
una actividad programada 3 veces a la semana es lo mínimo
¿Qué consideramos actividad aeróbica vigorosa?
Se considera que una actividad física es vigorosa cuando la respiración se acelera tanto que se hace difícil mantener una conversación. Podría ser correr, nadar o montar en bicicleta, pero estas actividades, así, de forma aislada, pueden resultar aburridas para un niño. Deportes de equipo como el fútbol o el baloncesto pueden ser una alternativa, o deportes individuales como tenis o atletismo.
Lo importante es que el niño disfrute
¿Cómo conseguimos desarrollar la fuerza?
Cuando pensamos en ejercicios de fuerza nos vienen a la mente los ejercicios de levantamiento de pesas, flexiones, abdominales o dominadas. Y difícilmente veremos a niños en el gimnasio practicando estos ejercicios. Pero sí que hacen este tipo de ejercicios cuando se agachan para recoger los juguetes, juegan en el parque en las barras paralelas, trepan o hacen el pino.
¿Y pueden hacer ejercicios con pesas?
Aunque durante mucho tiempo se pensó que las pesas perjudicaban el crecimiento en los niños, se ha visto que no solo no es así, sino que el uso prudente del entrenamiento con pesas mejora la fuerza y el rendimiento deportivo, puede prevenir lesiones o acelerar su recuperación.
El objetivo en estos casos no es aumentar la masa muscular como en el culturismo, por ejemplo, sino mejorar la fuerza en general para aumentar el rendimiento.
Los niños ya son muy flexibles ¿Es necesario que estiren?
Los estiramientos son necesarios para mantener o aumentar la flexibilidad. Los niños son más flexibles cuanto más pequeños, por lo que cuanto antes se empiecen a practicar los ejercicios de flexibilidad, mejores serán los resultados a largo plazo. Es posible conservar la flexibilidad infantil si los ejercicios se practican de manera ininterrumpida. Lo ideal es hacer los estiramientos diariamente con los músculos en caliente para evitar lesiones. Se pueden hacer justo después del calentamiento o al finalizar la actividad procurando ser muy cuidadosos y avanzar lentamente para evitar lesiones.
Y si el niño es muy “torpe” ¿Qué ejercicios le conviene hacer?
El ejercicio también ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación. Caminar sobre una barra de equilibrio, montar en bicicleta o bailar ayudan a mejorar el equilibrio y la coordinación, así como dar patadas al balón, practicar deportes de raqueta o lanzar y recoger pelotas o discos.
¿Qué más podemos hacer?
Además de las actividades extraescolares y las clases de educación física, que deberían cubrir esos mínimos señalados de 1 hora de ejercicio aeróbico vigoroso al día y alguna actividad para desarrollar la fuerza 3 horas a la semana, podemos tomar algunas medidas para llevar una vida más activa, que podrían resumirse en los siguientes puntos:
- Ir al cole andando o en bici
- Subir escaleras
- Barrer, limpiar o trabajar en el jardín
- Sacar al perro.
- Disminuir el tiempo de pantallas y las actividades sedentarias. (ya hablaremos de esto próximamente)
- Dar ejemplo. No tienes más excusas. Ponte el chándal, cálzate las zapatillas y ¡a moverse!
Gracias por leerme. Si te ha gustado esta entrada, compártela. Y si no quieres perderte las próximas, suscríbete y podrás leer un fragmento de mi libro «Tu lactancia de principio a fin»