Ir al pediatra tras el confinamiento. Vuelta a la normalidad.

Volvemos poco a poco a salir y tenemos que replantearnos cómo van a ser las visitas al médico a partir de ahora. Controles de salud, vacunas, revisiones de tratamientos de larga duración, consultas por procesos leves, dudas de alimentación, crecimiento o desarrollo suponen situaciones no urgentes que pueden  hacernos dudar. ¿Es necesario acudir al médico o es preferible esperar? ¿Hasta cuándo es posible hacerlo en condiciones de seguridad?

Cuando la alerta sanitaria por el coronavirus obligó al confinamiento de la población, las autoridades sanitarias recomendaron limitar la movilidad al máximo y evitar acudir a urgencias por procesos leves. Se fomentó que los pacientes llamaran antes para que el médico los orientara sobre las medidas a seguir. Así, los primeros días recomendamos retrasar todas las visitas no urgentes, incluidos los controles de salud y vacunas. Pronto se retomaron las actividades más importantes e imprescindibles, como los controles de los recién nacidos y las vacunas de los bebés más pequeños hasta los 15 meses.

Elige teleconsulta

Ahora llega el momento de adaptar los centros y las consultas para que todos los problemas, por leves que sean, puedan tener una respuesta adecuada. Para ello las consultas telefónicas y las videoconsultas van a tener una mayor relevancia. Ante cualquier problema una primera consulta telefónica nos permite saber rápidamente si se puede resolver sin necesidad de ver al paciente o si por el contrario se debe valorar presencialmente. También se puede acordar la forma de verlo de la forma más segura, para que los niños con síntomas leves no tengan que permanecer en el mismo lugar que los pacientes con síntomas de infección. Muchos problemas menores se pueden solventar con una videoconsulta, un instrumento que se ha visto en esta situación excepcional como muy útil y que ha venido para quedarse.

Controles de salud

Controles del Recién nacido

Los controles de salud fundamentales son los de la primera semana de vida, la siguiente revisión que se hace entre las 2 semanas y el mes y los controles que coinciden con las vacunas de los 2, 4 y 12 meses. A los 6 meses se suele hacer una revisión que coincide con el inicio de la alimentación complementaria. Si el crecimiento y desarrollo del niño no genera ninguna duda a la familia, es una revisión que podría hacerse de forma no presencial. El resto de revisiones se pueden hacer por medios telemáticos y en caso de dudas programar la visita presencial.

Vacunas financiadas

Las vacunas que se ponen hasta los 15 meses se consideran imprescindibles y no se deberían demorar más allá de lo estrictamente razonable. Igualmente, las que se retrasaron en su momento se deberían poner al día lo antes posible. Las vacunas de los 3, 6, 12 y 14 años admiten más demora pero se deben ir poniendo de la manera más segura posible, según se haya organizado el centro.

No te olvides de las vacunas

Vacunas no financiadas

Las vacunas no financiadas de los primeros años de vida son actualmente la de rotavirus, la de meningitis B y en algunas comunidades también la de meningitis ACWY.

Contra el rotavirus tenemos dos vacunas. Rotarix® que son 2 dosis y Rotateq® que son 3. No son intercambiables. Si se empieza con una se debe continuar con la misma. En ambos casos deben pasar al menos 4 semanas entre una dosis y  otra y existe una fecha límite para completar la pauta. En el caso de Rotarix® son las 24 semanas de vida y 32 para Rotateq®. Se pueden administrar el mismo día que cualquier otra vacuna del calendario o con cualquier intervalo entre una y otra.

La vacuna contra el meningococo B se suele poner a los 3,5 y 13 meses, pero gracias a un reciente estudio basado en la experiencia del Reino Unido que la tiene incorporada en su calendario, se ha modificado la ficha técnica y se puede poner a los 2,4 y 12 meses. Esto tiene la gran ventaja de que permite administrar la vacuna junto con  las de los 2,4 y 12 meses evitando más visitas. Si se ha retrasado alguna dosis se puede poner en cualquier momento, sin necesidad de guardar ningún intervalo especial con otras vacunas. Todas las dosis puestas cuentan y no es necesario empezar la pauta desde el principio.

Consultas sobre vacunas, adaptación de calendarios atrasados y qué hacer con los niños más mayores y adolescentes también se pueden hacer telemáticamente para evitar visitas innecesarias y vacunar a los niños con las máximas garantías de seguridad.

Si tienes que acudir al médico, recuerda llamar antes para que te expliquen la mejor manera de hacerlo, un solo adulto por niño y usando mascarilla y guantes si así te lo indican. La seguridad durante la vuelta a la normalidad la conseguimos entre todos.

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Si me necesitas, recuerda que me puedes hacer una consulta online a través de la página de Criar con Sentido Común.

Fotos: Photo Credit: vaccinesstockphotos Flickr via Compfight cc

5 comentarios en «Ir al pediatra tras el confinamiento. Vuelta a la normalidad.»

  1. Yo también pienso que toca adaptarse. Falta personal sanitario. Y a las familias nos falta tiempo a kilos. Si se pudieran hacer más consultas telefónicas, o videollamada, pero en serio no en plan al final decirte por defecto que vayas a la consulta, ahorraríamos mucho todos.

    Lo que también me planteo mucho es qué pasará ahora cada vez que tengamos un catarro al más minimo síntoma hay que ir o de algún modo que te hagan la prueba?? No sé cómo vamos a gestionar esto… Nosotros vamos por el quinto catarro desde que empezó la cuarentena, sin apenas contacto con nada y nadie. Y además considerando que es posible que nuestras defensas se vean algo mermadas al aumentar la higiene y desinfección ¿No será más probable contagiarnos de cualquier tontería y que nos afecte más que antes? Es algo que se había dicho mucho…

    1. Muy interesantes reflexiones, Taisa. Tengo la impresión, igual que muchos compañeros, que las consultas telemáticas han venido para quedarse. Y nos van a ayudar a resolver muchas consultas que se hacen presenciales por inercia, pero no por necesidad. También lo que comentas de qué haremos este invierno cuando los niños vuelvan a enfermar. Tal como va ahora la epidemia, habrá que testar a todos los que tengan síntomas, aunque estemos casi convencidos de que no es COVID-19. Por responsabilidad hay que hacerlo. Es una cuestión de salud pública. Ojalá la cosa cambie y no nos veamos en esa necesidad. Gracias por comentar.

    2. Cuando llegue el momento de los catarros y las gripes y los niños estén en el colegio, tocará visita presencial y probablemente pruebas antes de volver a clase. Será un invierno duro, sin duda.

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