Las famosas molestias de la dentición

La salida de los dientes de leche se asocia a varios mitos relacionados con este natural proceso. Los dientes aparecen en la boquita del bebé entre los 6 y los 12 meses, aunque hay niños que los pueden tener antes y otros después. El orden no es exacto ni tiene porque ser simétrico pero suelen generar muchas dudas.

Babea mucho. ¿Serán los dientes?

El bebé de 3 o 4 meses babea mucho porque a esta edad aumenta considerablemente la producción de saliva y ésto, unido a una incoordinación entre la salivación y la deglución hacen que parte de esa saliva salga sin control por la boca.
Además a esa edad ya pasan mas tiempo alerta, y se acaban de descubrir las manos que deben pasar necesariamente por la boca para ser convenientemente exploradas.
Los dientes salen habitualmente alrededor de los 6 meses. ¿De verdad crees que un diente puede «estar saliendo» durante 3 meses?

La salida de los dientes NO produce fiebre, ni diarrea ni otros síntomas.

Hay muchos estudios que han intentado relacionar la salida de los dientes con diversos síntomas clásicamente asociados a la dentición. La mayoría de ellos no encuentran ninguna relación. Por mencionar uno reciente, solo encuentran asociación entre la salida de los dientes con irritabilidad, aumento de la salivación, pérdida de apetito y aumento de la temperatura.

¿Pero no era que no producía fiebre?

Y no la producen: la temperatura máxima que encuentran durante la erupción dentaria es de 36,8º. Muy lejos de la temperatura mínima que se considera fiebre (37,5ºC axilar)

Además, y como conclusión mas importante: atribuir a los dientes una temperatura elevada, solo puede retrasar el diagnostico de una infección que puede ser mas grave.

Photo Credit: Fred Dunn via Compfight cc

La salida de los dientes no duele ¿O si?

Atribuir el dolor a la salida de los dientes es de los mitos mas frecuentes de la pediatría.
No hay ninguna prueba objetiva que demuestre que la erupción dentaria produce dolor. Si los dientes de leche dolieran al salir, el bebé no se llevaría el mordedor a la boca. No recuerdo donde leí algo que me pareció treméndamente lógico: si algo nos duele, lo último que se nos ocurre es apretar con rabia un objeto duro sobre la superficie dolorosa.

Además si le preguntamos a un niño de 6 o 7 años si le duelen los dientes definitivos al salir seguramente te mirará perplejo. Lo que le puede haber dolido es el que se le ha caído, pero el que sale apenas lo notan.
Y como antes, atribuir el llanto a la salida de los dientes nos puede desviar la atención de la verdadera causa del llanto, y podemos caer en la tentación de usar tratamientos nada recomendables, inútiles o francamente peligrosos.
  • Hay productos en gel que contienen aceites esenciales de hierbas que no tienen ningún efecto científicamente demostrado contra el dolor. Si funcionan es porque son dulces, y el sabor dulce y el masaje de la encía sí que podría aliviar alguna molestia.
  • Si el gel contiene anestésico tópico tipo lidocaína o benzocaína no se debe usar en niños. Puede producir efectos secundarios graves, incluso mortales. 
  • Utilizar analgésicos como paracetamol o ibuprofeno tópicos tampoco tienen ningún efecto, salvo el comentado del sabor y el masaje. Si hay que usarlos se deben administrar bebidos a la dosis adecuada.
  • Otro recurso  de nula utilidad son los collares de ámbarProhibidos en algunas comunidades autónomas, todavía son muy populares. Ninguna efectividad demostrada, como nos explica en su blog Boticaria Garcia  y sí muchos riesgos. Entre ellos el riesgo de estrangulación si se engancha con cualquier objeto fijo y el de asfixia por sofocación, si las piezas se sueltan, el bebé se las lleva a la boca y se van a las vías respiratorias impidiéndole respirar.
No se debe usar ningún tipo de collar en niños.
Riesgo de estrangulación
Piezas pequeñas= Riesgo de sofocación
Si a pesar de todo seguimos pensando que lo está pasando mal con la erupción de los dientes, los últimos estudios indican que los remedios mas eficaces son los mordedores, el masaje de las encías y el porteo. 

Gracias por leerme. Si te ha gustado esta entrada, compártela. Y si no quieres perderte las próximas, suscríbete y podrás leer un fragmento de mi libro «Tu lactancia de principio a fin»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.