Los pediatras nunca hubiéramos imaginado que estaríamos hablando de bronquiolitis a pocos días de empezar el verano. El virus de la bronquiolitis, el virus respiratorio sincitial (VRS), es un virus que circula normalmente en los meses fríos del año, entre noviembre y marzo. Aunque pueden aparecer casos esporádicos durante el resto del año, es muy infrecuente durante los meses cálidos. Y sin embargo este año el virus prácticamente no circuló durante el invierno y ha hecho acto de presencia hace algunas semanas.
Este fenómeno no se produce solamente en España. También se ha visto en otros países como Estados Unidos o Australia y los expertos no se explican muy bien qué es lo que puede estar sucediendo. Durante el invierno atribuimos la ausencia del virus a las medidas de distanciamiento social, lavado de manos y mascarilla, pero ahora, aunque las medidas se han relajado algo, no parece que el cambio sea tan importante como para que influya en un repunte de este virus típicamente invernal. Algunos expertos sugieren que la competencia con el virus de la Covid-19 podría haber hecho que el virus respiratorio sincitial no haya podido circular en convivencia con el SARS COV 2. Algo parecido a lo que sucede cada año con el virus de la gripe. Cuándo aparece la epidemia anual de gripe desaparece el virus de la bronquiolitis. Pero esto tampoco se ha podido demostrar. Lo que sí sabemos es que en esta época están empezando a aparecer casos de bronquiolitis y quería recordaros cómo se presenta esta infección y qué tenemos que vigilar en los más pequeños
El virus de la bronquiolitis puede afectar a personas de cualquier edad pero es más grave en los menores de 2 años. Los primeros días los síntomas se parecen a los de un catarro común, con estornudos, moco nasal, algo de tos y respiración ruidosa. A medida que van pasando los días la respiración se hace más dificultosa, aumentan los ruidos y es probable que el bebé se encuentre cansado y sin ganas de comer. Puede haber algo de fiebre pero no es el síntoma más importante. Lo que nos preocupa en la bronquiolitis es la dificultad respiratoria. El bebé respira muy rápido y utilizará la musculatura accesoria de la respiración de modo que podemos ver las costillas al respirar o el movimiento de las alas de la nariz en un intento de respirar mejor. El virus de la bronquiolitis no tiene un tratamiento específico. Inicialmente vamos a intentar mantener la nariz despejada con lavados nasales, asegurar una hidratación adecuada ofreciendo líquidos con frecuencia, mantener la cabecera de la cuna incorporada para que respire mejor y ofrecer algún analgésico si hay fiebre o dolor. Si el esfuerzo respiratorio es muy grande o el niño rechaza el alimento es el momento de consultar por si precisa algún tratamiento adicional. Normalmente no son necesarios ni corticoides ni antibióticos ni medicación inhalada pero a veces los niños con bronquiolitis requieren ingresos hospitalario para asegurar una correcta oxigenación e hidratación. La bronquiolitis puede empeorar durante los primeros tres o cuatro días pero luego empiezan a mejorar y en una semana o diez días estará mucho mejor.
En este atípico año pandémico, si tu bebé está resfriado, aunque estemos casi en verano, podría tratarse de una bronquiolitis y en caso de síntomas catarrales hay que vigilar la aparición de síntomas de dificultad respiratoria y si presenta respiración rápida, se le notan las costillas al respirar, rechaza el alimento o presenta fiebre consultar con su pediatra.
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