La dermatitis atópica y el verano.

¿La dermatitis atópica de tu peque mejora en verano cuando vais a la playa o por el contrario se pone fatal con el calor, el sudor y las cremas solares? Porque por un lado la radiación solar puede mejorar la dermatitis, pero el calor, el sudor o las cremas pueden favorecer la irritación de una piel ya de por sí irritable. La dermatitis atópica puede verse afectada por la estacionalidad pero no todas las pieles reaccionan de la misma manera. Muchos factores relacionados con los cambios de estación pueden influir en el curso de la dermatitis atópica y vamos a ver qué podemos hacer al respecto.

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por brotes de lesiones en la piel que tienen una distribución típica, piel seca y prurito intenso. Tiene un origen genético y múltiples factores del ambiente pueden afectar su curso. Los brotes son desencadenados por diversos factores, muchos de los cuales están relacionados con los cambios de estación, como las condiciones climáticas, los alérgenos y las actividades propias del paciente.

Las condiciones climáticas como la temperatura, la humedad ambiental o la radiación solar varían mucho con los cambios de estación y van a afectar a la evolución de la dermatitis atópica. Se sabe que las bajas temperaturas disminuyen la irritabilidad de la piel por lo que el calor hará que los factores que producen irritación de la piel actúen con más facilidad durante el verano. La baja humedad ambiental de los meses cálidos también influye en que la piel se vea más roja e irritada, mientras que la radiación solar reduce la gravedad de los síntomas de la dermatitis atópica. La exposición a pólenes también pueden influir en los brotes de dermatitis y estos son más frecuentes durante la primavera y el verano.También las actividades de los pacientes pueden experimentar variaciones estacionales como el contacto con animales, bañarse en piscinas cloradas, exponerse al sol o comer diferentes alimentos.

Pero entonces, la dermatitis ¿Mejora o empeora en verano? Porque por un lado vemos que hay factores que claramente la empeoran, como la baja humedad y las altas temperaturas mientras que hay otros que la pueden mejorar, como la exposición solar. Pues dependerá de factores individuales pero también de la zona donde vivamos. Un estudio realizado en la región italiana de Bologna encuentra que el 75% de los pacientes mejoraron completamente durante las vacaciones de verano y el 16% mejoraron parcialmente, alcanzando cifras de hasta el 91% de mejoría cuando las vacaciones eran en la playa en relación a las vacaciones en la montaña. ¿Y esto a qué es debido? Fundamentalmente al efecto de la radiación solar. La exposición solar mejora claramente los síntomas persistentes de la dermatitis atópica como la sequedad de la piel y el picor y disminuye los brotes.

Pero hay que tener muy presentes los riesgos que suponen la exposición solar en los niños. Por debajo de los 6 meses no deberían exponerse al sol en absoluto. Afortunadamente a estas edades la dermatitis atópica aún es poco frecuente. A partir de esta edad es preferible el uso de protectores minerales o físicos, que tienen menos riesgo de reaccionar con la piel sensible de los pacientes atópicos respecto a otros componentes de los protectores solares.

En niños, y especialmente en los que tienen dermatitis atópica, se deben evitar la  oxibenzona (benzofenona 3), el octocrileno y los filtros físicos en nanopartículas. La oxibenzona es uno de los filtros más utilizados, pero se ha visto que puede atravesar la piel y aunque no se ha demostrado que suponga un riesgo, se debe evitar al menos en niños. El octocrileno también es un filtro muy utilizado por ser muy efectivo pero se relaciona con casos de alergia y fotosensibilidad que son más también más frecuentes en niños. Los filtros físicos como el óxido de zinc o el óxido de titanio son los más recomendables para los pequeños pero cuando vienen presentados en nanopartículas para mejorar el resultado cosmético de la crema y que no quede capa blanca al aplicarlos, se deben evitar en niños. En el envase los veremos como óxido de zinc [nano]  u óxido de titanio [nano].

También hay que procurar que estos pequeños no suden, evitando abrigarlos demasiado y utilizando prendas de algodón.

Un humidificador en la habitación puede ayudar a contrarrestar la falta de humedad ambiental si hace mucho calor y sobre todo si se usa el aire acondicionado.

Los baños prolongados con agua caliente no están recomendados para la dermatitis atópica, pero la higiene de la piel es fundamental para evitar complicaciones y en verano, un baño breve o mejor una ducha con agua templada y un gel poco agresivo como un syndet o aceite de baño es lo ideal para higienizar y refrescar al peque, incluso si se realiza a diario.

Tras el baño se debería aplicar una crema hidratante específica siempre, incluso si durante el verano la piel está mucho mejor. La sequedad de la piel es el primer síntoma y puede ser la antesala de un brote, y siempre es mejor prevenir. Una piel bien hidratada pica menos y si no hay rascado tampoco hay riesgo de infecciones y otras complicaciones. En verano se pueden utilizar sin problemas cremas y lociones más ligeras, pero no se debe descuidar este aspecto del cuidado de la piel.

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