Hace ya un tiempo escribí sobre las leches de crecimiento para contar que yo no las recomiendo.
Recientemente el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, (ESPGHAN), publicaba su posición acerca de las fórmulas infantiles para niños pequeños. ¿Habrá que cambiar la recomendación?
Primer gran cambio: el nombre.
Los expertos recomiendan no usar el término «leches de crecimiento», que implica un impacto específico en el crecimiento.
En su lugar ellos las llaman Young Child Formulae(YCF), fórmulas para niños pequeños, y se refieren a las leches especialmente formuladas para niños entre 1 y 3 años. Ya comentaba en aquella entrada que lo del término leche de crecimiento no implica nada: ¿O es que los niños que toman leche de vaca no crecen?
También nos recuerdan que no hay una normativa específica que regule este tipo de leches. Así constatan que existe una enorme variabilidad en la composición y que ésta puede ser inapropiada, con un exceso de proteínas, hidratos de carbono y azúcares añadidos. Solo en España hay 32 productos de este tipo. Cada uno con una composición diferente.
Para ver en que pueden contribuir estos productos a una mejor nutrición infantil, hacen una revisión de las características de la dieta de los niños europeos y concluyen que nuestros niños toman en general demasiadas proteínas, demasiados alimentos de alta densidad energética (alimentos que contienen muchas calorías) y menos omega-3, hierro y vitamina D de lo recomendado.
¿Podrían ser estas leches un buen recurso para aportar los omega 3, el hierro o la vitamina D que parece que nuestros niños toman poco?
Podrían. Pero no es realmente necesario. En primer lugar porque no están muy claros cuales son las cantidades necesarias . Y en segundo lugar porque hay muchos alimentos que aportan estos nutrientes de forma natural. El pescado es una fuente excelente de omega 3, hierro y vitamina D. Las carnes son ricas en hierro. La leche de vaca entera contiene cantidades adecuadas de vitamina D, y pueden estar incluso suplementadas. No es necesario aportar estos nutrientes a través de una leche suplementada cuando se pueden aportar a través de una dieta sana. Porque además nos arriesgamos a fomentar la obesidad.
El pescado es una fuente excelente de omega 3, hierro y vitamina D |
Sabemos que el exceso de proteínas en la dieta es un importante factor de riesgo de obesidad. En España hay un 40 % de niños con obesidad o sobrepeso según datos del estudio Aladino de 2015. Lo que no necesitan nuestros niños son más proteínas.
Las leches infantiles deberían contener menos proteínas que la leche de vaca para parecerse lo más posible a la leche materna . Si la leche de vaca contiene 4,8 gr de proteínas /100kcal, estas leches infantiles deberían tener unos 2-2,5gr/100 kcal. Aunque la media es de 2,6gr/100 kcal hay productos que contienen hasta 6,7 gr/100 kcal.
Otro ingrediente que podría contribuir a favorecer la obesidad son los azúcares. La leche no debería contener más que lactosa, que es el azúcar natural de la leche. Sin embargo estos productos pueden contener sacarosa, glucosa, jarabe de maíz o fructosa, a veces en cantidades que triplican las que contiene naturalmente la leche de vaca. Eso las hace más dulces y por lo tanto más apetecibles, pero también menos saludables. Ni hablar entonces de los que llevan cereales, galletas o cacao.
Más dulces están más ricas, pero también engordan más
Finalmente el documento advierte de otro inconveniente relacionados con la obesidad y es que fomentan las preferencias por los líquidos. Esto hace más difícil el control de la sensación de saciedad, que se alcanza antes cuando tenemos que masticar los alimentos.
A partir del año no se debería utilizar el biberón |
Si a esto le sumamos que son productos más caros que la leche de vaca entera, creo que voy a seguir SIN recomendar este tipo de fórmulas.
Muy interesante Doctora, que opinión tiene sobre las Fórmulas basadas en la Leche de Cabra, dice la Pediatra de mi hija que son más parecidas a la Leche Materna.