Después de darle muchas vueltas al tema del riesgo de contagio de coronavirus por aerosoles, parece que el asunto está cada vez más claro y los expertos reconocen que los aerosoles son una importante vía de transmisión del virus que está contribuyendo al mal control de la pandemia.
Sabíamos que el virus se contagia a través de las pequeñas gotículas que expulsamos al hablar, toser o estornudar y que pueden quedar depositadas en las superficies y contaminarlas, aunque con bajo riesgo de contagio por esta vía.
Pero es que además, al hablar y respirar se producen aerosoles, que son partículas de aire mucho más finas que quedan en suspensión durante mucho tiempo. Esto explica porqué la mayor parte de los contagios se producen en lugares cerrados y mal ventilados a pesar del uso de la mascarilla.
Eso ha hecho que las autoridades recomienden pasar el mayor tiempo posible al aire libre y ventilar bien los ambientes donde permanecen muchas personas durante muchas horas. Una clase de un colegio es un perfecto ejemplo de ambiente cerrado donde conviven muchas personas durante muchas horas.
El Ministerio de Ciencia e Innovación con el asesoramiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y otras instituciones han publicado una guía de ventilación de las aulas para reducir las probabilidades de contagio de la Covid 19 por vía de los aerosoles. En esta guía, además de las recomendaciones clásicas de disminuir el número de personas por clase, aumentar la distancia interpersonal y utilizar la mascarilla bien ajustada recomiendan pasar más tiempo en el exterior, mantenerse en silencio el mayor tiempo posible y hablar sin gritar. ¿Os imagináis una clase de infantil en silencio durante un gran período de tiempo o a los niños hablando en voz baja? Parece imposible ¿no?
Si no es posible permanecer en el exterior se debería disminuir el tiempo de exposición y ventilar adecuadamente las aulas. Cómo tampoco se puede disminuir el tiempo de exposición, porque la duración de las clases es la que es, no queda otro remedio que ventilar bien las aulas.
La ventilación natural es la primera opción que nos propone esta guía, sin embargo reconoce que en épocas de frío o si las condiciones meteorológicas no son favorables, habrá que elegir entre la reducción del riesgo de contagio y el confort térmico. Habla de confort térmico. Esa sensación desagradable que se siente cuando hace frío. En ningún momento menciona el riesgo de resfriarse.
Sin embargo esta es la mayor preocupación de las familias. Si los niños tienen que pasar toda la jornada escolar con las ventanas abiertas pasarán frío y acabarán resfriados. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
¿De verdad se pueden resfriar por estar todo el día con las ventanas abiertas?
Existe la creencia de que una infección respiratoria de vías altas o un catarro es el resultado de un enfriamiento. Sin embargo, distintos experimentos en los que se inocula el virus del resfriado común en la nariz y se somete a la persona a distintos periodos de frío no pudieron demostrar que la exposición al frío aumentara el riesgo de infección por virus del resfriado. Sin embargo, este fenómeno se produce en algunas personas y no se sabe exactamente cuál es la causa. Los expertos afirman que el frío produce una vasoconstricción de las venas de la nariz y la vía respiratoria y esto disminuiría las defensas locales favoreciendo que los virus con los que entramos en contacto se conviertan en una infección. Es decir que aunque tiene que haber una temperatura baja que disminuya las defensas locales, para que se produzca la infección es imprescindible que exista también un virus (o una bacteria). La sola presencia del frío no es suficiente para producir un resfriado.
Respirar aire frío, especialmente durante el ejercicio cuando la respiración por la nariz aumenta, puede producir síntomas parecidos a un resfriado. El aire frío reseca la mucosa nasal y actúa como irritante. Está irritación produce estornudos, congestión nasal y un moco nasal acuoso como agüilla. Esto que se conoce como nariz del esquiador y puede simular un resfriado pero solo persiste mientras duren las condiciones de temperatura y se prolonga como mucho unas horas. Nunca tanto como para que se confunda con un catarro de vías altas, que puede durar una semana o más.
¿Cómo actúa el frío alterando las defensas de las vías respiratorias?
El interior de la nariz está recubierta de cilios. Unos microscópicos pelillos que se mueven arrastrando el moco y los contaminantes hacia el exterior. Cuando disminuye la temperatura también disminuye el movimiento de estos cilios. Además en esta zona existen glóbulos blancos que literalmente se comen a las bacterias. La movilidad de estos glóbulos blancos también disminuye con el frío. Esta disminución de la actividad de las defensas de la nariz favorece que personas predispuestas sufran más infecciones de vías altas cuando hace más frío porque tienen una peor respuesta a virus y bacterias.
Para evitar las infecciones respiratorias en las personas predispuestas a resfriarse cuando hace frío los expertos recomiendan medidas simples cómo utilizar una bufanda alrededor de la cara tapando la nariz y la boca. Esta sencilla medida prevendría el frío a nivel local disminuyendo el riesgo de infecciones respiratorias.
En las condiciones actuales en las que es necesario utilizar mascarilla cubriendo bien la nariz y la boca, este problema queda automáticamente resuelto.
La ventilación de las aulas, los gimnasios o los lugares de trabajo son una medida fundamental para el control de la transmisión del virus por aerosoles. Aunque haga frío deberíamos mantener puertas y ventanas abiertas para que circule el aire. No hay que temer a los resfriados ya que el uso de la mascarilla protege la nariz y la boca favoreciendo el calentamiento del aire que respiramos y disminuyendo el riesgo de infección por las bacterias y virus que son los verdaderos responsables de los catarros.
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